07 abril, 2013
Los Macarrones y la sal
Cuando era niña, adoró a mi hermana mayor
Heidi; quería estar con ella todo el tiempo, solo hacer las mismas cosas como
ella, llevar los mismos vestidos- ser Heidi en general. Por ejemplo, la razón
por que fui al preescolar cuando tenía dos años (lo normal es cuatro) era
porque Heidi ya estaba allí, y yo no quería estar en casa sin mi ídolo. Para mi
madre, era más fácil permitirme hacer lo mismo como Heidi porque yo estaba
demasiada enamorada de mi hermana para luchar con ella.
Este amor duró algunos años- eventualmente me
di cuenta que ella no era una dios entre mortales. Sin embargo, antes de esta
realización, tenía que imitar las acciones de Heidi. Un día cuando tenía seis
años, nuestra madre nos había hecho los macarrones con queso, la comida
favorita de cualquier niño de los Estados Unidos. Vi que Heidi estaba poniendo
sal en sus fideos, y sin pensamiento, yo tenía que hacer lo mismo. Cuando
terminó con la sal, ella me dio el salero para poner sal en mis macarrones. Yo no
sabía cuanto sal Heidi había puesto, pero empecé a agitar la sal del solero en
la comida. Feliz que ahora comería los mismos fideos como mi hermana, cargué el
tenedor lleno de los macarrones y lo puesto en mi boca. ¡Sintió como sal-
estaba horrible! Inmediatamente, escupí los macarrones de la boca en el plato y
bebí mucho agua. Heidi me reía mientras que yo estaba luchando contra el sabor,
tratando de quitar toda la sal de la lengua. Mi madre oyó el ruido y cuando le expliqué
lo que ha pasado, ella me forcé comer todos los fideos porque yo era la
culpable y no debía desperdiciar comida, y de alguna manera, lo triunfé.
Hoy día, todavía tengo mucho cuidado con la
sal, y prefiero comer alimento sin sal. Este día también era un punto de
inflexión en mi vida porque empecé a dejar de imitar a Heidi, y me he
convertido, con mucho éxito, en mi propia persona. A veces, Heidi y yo hablamos y reímos sobre el incidente
famoso con la sal, pero peculiarmente, mi madre no puede recordar el exceso de la
sal ni mi adversidad a causo de sus palabras.
Posted by Unknown a las 11:24 p. m. // // //
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