20 enero, 2009
El amor verdadero no tiene barreras
Los jóvenes enamorados siempre piensan que ese amor que tienen es “el amor verdadero,” el que ropera todas las barreras del tiempo y superaran los duros obstáculos de la vida. Al mismo tiempo, la mayoría de los padres les dicen, “el amor es siego, todavía sois joven y no sabéis que es el amor verdadero.¨ Luego, triste y efectivamente estos amores que ocurren en la primavera de la vida son derrotadas por la inmadurez e inexperiencia de saber como liar con el crecimiento muto de su pareja. O por cualquier otra razón, sea que los padres de esa pareja no los quieran juntos y los separen porque no piensan que sus hijos están eligiendo a su pareja correctamente, esa relación es derrotada. Esto no es algo que suceda fuera de lo común. Lo más triste es cuando la pareja no se da cuenta de que los padres los están separando y por esto se amarga la relación y luego acaban fracasando.
Por suerte, ellos se dieron cuenta de la falta más grande que sus padres les estaban cometiendo – querían separar el amor verdadero. Pero ellos sabían que el amor verdadero jamás puede ser derrotado y que tampoco tiene barreras. Entonces, él decidió irse muy legos, donde sus padres no lo encontrarían y así no podrían intervenir en su relación y aunque la distancia sería difícil no sería tan mal como la interferencia de sus padres.
Mirando le a los ojos le dijo, “Te prometo que regresare por ti; tú sabes que siempre te amare y que nuestro amor no tiene limites. Y por esto, confía en mi,” dándole el ultimo beso rebozando de anhelo por ambas partes. Y se fue.
Pasaron los meses sin ninguna señal de él, pero el amor seguía fuerte, lo podía sentir dentro de su corazón siempre vivo. Los meses se convirtieron en años, y la esperanza se convirtió en tristeza haciendo que el corazón fuese susceptible – solamente quería sentir el amor de nuevo. Cuando de pronto, inesperadamente, una nueva esperanza surgió de la nada – le recordaba a un sentimiento que había sentido solamente una vez antes en su vida. Pero en este nuevo amor solamente lo podía ver a él – era un reflejo, pero esto era suficiente.
Había escuchado que iba a ver una gran boda en un pueblo no muy lejano del que vivía, pero como siempre lo dejo pasar; era bastante antipático a esas cosas desde que perdió la memoria a causa de un accidente de automóvil que había ocurrido años antes; desde entonces sentía un gran vacío – como si le faltara una parte de su corazón. No fue hasta esa mañana cuando abrió el periódico que vio su foto e inmediatamente recordó todo. Rápidamente tomo los datos de la boda y sudando subió en su carro y a toda velocidad empezó a conducir por la carretera – solamente tenía una hora y cuarenta minutos para llegar y parar la boda.
Era un día nublado y gris, las carreteras estaban mojadas. La novia estaba preciosa luciendo su vestido largo y blanco pero algo dentro de ella la llenaba de ansiedad, sabía que algo fuera de lo planeado iba a suceder ese mismo día. Y desde la ventana fijaba su vista en la distancia del campo y en su relejo mutuamente, recordando un viejo secreto. No sabía si iba ha cometer un error al casarse ese día, sus ojos estaban llenos de angustia. “Tal vez solamente sean mis nervios,¨ se trataba de convencer mentalmente. Parecía que el tiempo no existía y se estaba escapando demasiado rápido. Y para su mala suerte todo estaba obstruyendo su llegada a la iglesia: automóviles lentos por la carretera, el tener que esperar a que pasara un tren. Lleno que frustración e ira gritaba en su coche, ¨¡Esto no puede ser posible!¨ El padre del novio la iba a caminar al altar, ya que el padre de ella había fallecido años antes; pero, para ser padre de alguien que se va ha casar, él se veía demasiado contento.
Finalmente había llegado a la iglesia, salió del coche corriendo lo más rápido que podía hacia el altar interrumpiendo la misa. Fue entonces cuando ella voltio y lo vio, inmediatamente se acordó del secreto que había escuchado; ella siempre supo que había sido verdad – la relación en la que ella ahora estaba era solo un espejismo de algo que una vez fue. Dentro de unos segundos los tres se habían visto todos a los ojos. Ella sabía lo que tenía que hacer. Soltó la mano de su novio, lo miro por última vez a los ojos y vio en ellos que ella solamente había sido (como siempre lo había sospechado, un reflejo) y fue por esto que los dejo ir juntos. Él padre del novio había estado tan seguro que su hijo se iba a casar con ella, una buena elección en sus ojos, que se quedo frío mientras todo ocurría. Al mismo tiempo, ella sabía que ese era el amor verdadero y que nada iba a intervenir con eso, ni ella, también sabiendo que con dejarlo ir a él día ella también iba a tener la oportunidad de tener un amor verdadero. Al verlos correr fuera de la catedral juntos ella sabía que todo había sucedido como lo tenía que ser porque el amor verdadero no es infinito y no tiene barreras.
Posted by Jessica a las 8:01 p. m. // // //