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Con un poco de ayuda

Después de un dia muy largo de limpiar toda la oficina, Clara estaba en la última sala de juntas. Cuando estaba quitando el polvo a las teclas del teléfono, pulsó una de ellas por casualidad. De repente, otra sala de juntas apareció en la pantalla que estaba en frente de ella. Inmediatamente vió a un hombre en la sala que venía hacia la plantalla, y hacia a ella. Cuando se paró, él la miró a ella y le ella miró a él. Niguno de ellos dijeron nada, y sin saber lo que debía hacer, Clara apagó la máquina.


Al día siguiente, Clara había estado pensando en el hombre que vió. Cuando fue a la oficina decidió satisfacer su curiosidad y pulsó la tecla de nuevo. Para su sorpresa, él estaba allí, esperándola. Esta vez, los dos se presentaron y Clara se enteró que el hombre se llamaba Vladimir y vivía en Rusia. Después, decidieron quedar al día siguiente a la misma hora.

Para prepararse, prepararon comida para comer durante su cita. Cuando Clara inició la sesión se dió cuenta de que habían traído la misma cosa, sopa de Knorr. Se miraron durante casi una hora, a veces hablando en su propio idioma y explicando cosas con las manos. El tiempo pasó volando y no les importa a ninguno de ellos el hecho de que a veces no se entendían, porque solo necesitaban estar juntos.

Siguieron haciendo estas "ciber citas" durante algunas semanas. Lo que no sabían era que todos los otros trabajadores en sus propias oficinas habían descubiertos su secreto. Entonces, cada vez que ellos quedaban, los otros tambíen quedaban en un despacho y se conectaban para que pudieran ver a los dos al mismo tiempo para observar el amor que crecía entre ellos. Trajeron palomitas, golosinas y bebidas para comer durante sus reuniones porque para ellos, la relación entre Carla y Vladimir era como un entretenimiento, como si fuera una telenovela que se desarollaba enfrente de sus propios ojos.

Un día, cuando esperaban el nuevo episodio, se dieron cuenta de que había un problema. Clara trataba de iniciar la sesión, pero no funcionaba. Después de una media hora, nada apareció en la pantalla y Clara se sentó en una silla y empezó a llorar. Todos decidieron al mismo tiempo que tenían que hacer algo para ayudarla.

Mientras tanto, Vladimir estaba listo a la hora en punto. La esperó durante una media hora, y cuando ella no apareció, empezó a pensar que no quería hablar con él nunca más. Entonces, lo apagó y salió de la sala con el corazón partido. Los trabajadores habían visto todo y no podían entender porque ella no vino. Decidieron también que necesitaban ayudarlo.

Pocos dias después, Clara estaba en su despacho cuando su jefe la llamó y le dijo que necesitaba hablar con ella. Cuando salió a la puerta, vio un montón de gente en el pasillo, mucha que no conocía. Tan pronto como la vieron, se separaron formando dos lineas alrededor de las paredes del pasillo. Clara miraba las filas hasta que sus ojos vieron a Vladimir que estaba al final del pasillo. Ella les preguntó cómo habían sabido que había algo entre los dos y le explicaron que el día que tuvo problemas con la máquina, habían llamado a la oficina de Rusia y habían hablado con ellos sobre Clara y Vladimir y se daban cuenta de que los rusos también habían estado espiando a los dos. Los dos oficinas decidieron traer a Vladimir a Clara para que pudieran estar juntos, y todos vinieron con él. Vladimir la miró y sonrió. Andaron el uno hacia el otro, y antes de que Clara pudiera decir ni una palabra, Vladimir se presentó a ella una lata de la sopa de Knorr, la que habían compartido en su primera "ciber cita". Todos empezaron a reir y festejar a los novios porque, por fin, podían estar juntos.





Posted by Caroline Luby a las 9:43 p. m. // // //  

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