Había una vez un chico muy solo. Era solo porque no tenía una familia ni amigos. Era un chico raro, y vivía en un lugar solítario y vacio. Los otros chicos que vivían cerca siempre jugaban deportes y pasaban mucho tiempo fuera de casa, haciendo cosas normales. Pero este chico no tenía ningun interés en el mundo normal, y no le gustaban a sus compañeros. Aunque no lo tenía amigos, sí tenía algo especial. Tenía un poder especial que se permitía viajar por el tiempo. Podría viajar al pasado y también al futuro. Un día, se descubrió su poder especial mientras estaba duchandose. Cuando entró, el aqua había cambiado en un color muy oscuro. El chico, que se llamaba Vagabundo, no era un chico cuidadoso sino valiente como un caballero. En la ducha, se dio cuenta que su piel había cambiado. Poco a poco, su cuerpo se plasmaba en un charco de agua y de repente, viajó muy rapido por el tiempo.

Cada vez, cuando entraba en la ducha, se transformaba en un charco. Mientras de su viaje, su aspecto y su ropa cambía para que se parecía a la gente de un epoca distinta. A pesar de su vida aburrida en el mundo auténtico, Vagabundo disfrutaba mucha la vida que tenía cuando viajaba por el tiempo. Un día, viajó y llegó al "futuro," donde allí lo que notó era que ya no existía un mundo lleno de gente, edificios, animales, y eventos. Opuestamente, nada ya existía. De hecho, era el opuesto de lo qu había esperado. Vagabundo había esperado un mundo avanzado, lleno de gente culta, aparatos nuevos, rascacielos, y sobre todo, la aplicación de tecnología en cada aspecto de la vida. Su descubrimiento de ese mundo le causó un confusión profundo. Sin embargo, Vagabundo no ponía enfadado ni triste cuando encontró el futuro; en cambio, se ponía muy alegre porque tuvó la oportunidad de crear su mundo propio, un mundo más agradable y más conveniente para sí mismo. No obstante, Vagabundo creó su mundo, lo que es el futuro, como un mundo lleno de gente y de vida, de felicidad, todas las cosas buenas que solo podemos saber en transcurso.