26 noviembre, 2006
El pavo de las rubias
Siempre hemos comido un pavo bastante pequeño para El Día de Acción de Gracias. No me malinterpretes; mi mamá compraba un pavo grande pero, al final, terminaba más o menos como en la mitad y queríamos comer más pavo y no podíamos.
Bueno el año pasado, decidí que quería ayudar a mi mamá. Normalmente no me gusta cocinar pero, ¿porqué no? La comida huele bien, es un día festivo y somos familia. Por eso, la ayudé. Obviamente empezamos con el pavo. A pesar de mis protestas, mi mamá estaba dedicada a enseñarme paso a paso como si fuera una experiencia completamente nueva. Primero, tomamos el pájaro grande para descongelarlo con agua corriente en el fregadero. Mientras estaba descongelándose, mi mamá preparó la cacerola y sacó el termómetro y las tijeras. Entonces sacamos el pavo del fregadero y lo pusimos en la mesa. Mi abuela pasó por la cocina para disfrutarse del único año donde yo decidí ofrecer mi ayuda y no tuvo que hacer nada. Estaba emocionada por ver el pavo grande y quería ver el proceso conmigo.
Mi mamá siguió con el proceso y empezó a cortar el pavo. Estábamos mirándola cuando de repente mi abuela le gritó, “Hija, ¿qué haces?”
Al principio, yo no podía entender (probablemente porque no cocino), pero era evidente que ¡ella había desechado la mayor parte de un pavo perfecto! Mi mamá le dijo con calma que estaba preparando el pavo como había visto a mi abuela cocina cuando era niña.
En ese momento, mi abuela empezó a reírse. Entonces le preguntó, “¿Por qué has cortado tanto del pavo?” Mi mamá parecía desconcertada.
En seguida mi abuela nos explicó que cuando mi mamá era niña, no tenían un horno grande. Por eso, cada Día de Acción de Gracias, tenía que cortar la mayor parte del pavo porque era demasiado grande.
Y entonces el fallo era obvio y mi abuela, mi mamá y yo nos reímos a carcajadas. Por lo menos ahora comemos un pavo grande.
TAGFAMILIA, TAGFIESTA, TAGCOMIDA
PUNTOS OBTENIDOS: 3,8
Posted by Kristen Dunlap a las 4:40 p. m. // // //
Muy divertido. Me encantan los cuentos sacados de la vida normal. Además ¡con sorpresa final y todo!
(Por cierto, ¿esta anécdota ocurrió de verdad?)